Sin discipulado no hay misión
El más grande problema en la Iglesia no es el pecado, ni la falta de visión misionera. El más grande problema en la Iglesia es la falta de discipulado. Si un cristiano es bien discipulado, él sabrá clamar a Dios por ayuda frente al pecado o la tentación.
Mientras mejor conozca a Su Salvador, conocerá el corazón apasionado por las almas de Su Señor. El discipulado es la base de nuestras vidas en Cristo. Sólo así los hijos de Dios podrán crecer, servir, dar y conocerlo cada vez más y más para que lleguen hasta lo último de la tierra. Discipulado significa enseñar a los nuevos creyentes cómo crecer en el Señor, pero la idea no es solo un estudio sino un acompañamiento como de un padre al hijo.
El discipulado NO es un programa de dos o más meses, se trata de un estilo de vida, para el resto de la vida. Es compartir nuestra vida con el discípulo, donde aprenderán lo que significa ser un verdadero seguidor de Cristo. La Biblia tiene muchos ejemplos de relaciones de discipulado. Ninguno fue a una clase. Jesús escogió a doce para que lo acompañaran, estos fueron enseñados por Jesús en el contexto de la vida diaria y el ministerio.
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¿CUIDAR o DESCUIDAR? Imagínate encontrar a un bebé llorando, abandonado en la calle. Por supuesto, nuestra reacción natural sería recogerlo, abrigarlo, darle de comer y protegerlo. Trágicamente, muchos bebes espirituales están siendo abandonados al nacer o recibiendo cuidado inadecuado. Por ello, no nos sorprende que no crezca y llegue a ser un cristiano maduro espiritualmente, ni con poder para ayudar a otros. La iglesia de hoy desesperadamente necesita cristianos fuertes y comprometidos, quienes amen a Dios, lo conozcan y apliquen la Palabra en sus vidas, que amen de verdad a la gente y sepan comunicar el mensaje de salvación en este mundo necesitado. Un seguimiento apropiado es la clave, como un primer paso en ese proceso. Es obvio para los buenos padres, que su bebé tiene necesidades y toman toda responsabilidad para satisfacer dichas necesidades. A menudo, esto involucra muchos sacrificios en términos de tiempo, dinero y energía. Lo mismo se aplica para los padres espirituales.
Por Christine Platt, de los Navegantes
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