Eligiendo a la persona de acuerdo a la voluntad de Dios
Pensar solo en cómo quiero que sea la persona que va a ser mi pareja, es pensar de forma egoísta. En vez de buscar la apariencia, las virtudes o cualidades externas, mejor es invertir tiempo en prepararse para aquella persona que será tu pareja. Recuerda que la moneda del noviazgo tiene 2 caras:
- Que espero yo de ella, pero también,
- Que espera ella de mí.
Si estás seguro de tu llamado y que Dios no quiere que vayas solo, antes de empezar un noviazgo, pídele a Dios que te muestre si esa persona es para ti o no y hazte estás preguntas:
- ¿Esta persona ama a Dios sobre todas las cosas?
- ¿El carácter de Cristo se refleja en su vida?
- ¿Ora y busca la guía de Dios?
- ¿Cumple con Su palabra?, ¿es fiel y confía en Dios?
- ¿Te conoce verdaderamente?, ¿tienen tiempo para crecer juntos en Dios?
- ¿Es trabajador, honesto, generoso y hospitalario?
- ¿Te escucha, te apoya y te respeta?
- ¿Tiene también llamado misionero?