Una generación destinada a morir

Más de la mitad de la población del mundo tiene menos de 30 años de edad.

El futuro de la Iglesia y del cumplimiento de la Gran Comisión dependen de este grupo de cristianos.

“Cuando pensamos en los jóvenes, muchas veces no somos conscientes del tesoro y fuerza que tenemos delante nuestro para formar y desafíar, cometiendo el error de ignorarlos o entretenerlos”, dijo Noemí Troncoso, argentina, coordinadora de Alcance Una Etnia.

La Gran Comisión es el mandato que Jesús nos encomendó a todos, incluido a los jóvenes, pero por encontrarse en la etapa donde las cosas no son tan estables, para algunos su involucramiento se resume a un ‘espera’.

“Los jóvenes deben ser parte de la misión de Dios, no solo ellos, si no todos. No se cumplirá la Gran Comisión si se la delegamos solo a un grupo determinado”, dijo Warry Núñez, costarricense, director de Movida Centroamérica y el Caribe.

La Iglesia necesita enfocarse más en la preparación y discipulado de los jóvenes para asegurar que el reino de Dios avance. Ellos están en el plan de Dios para las naciones.

“Su entusiasmo, pasión, compromiso e ideas frescas son lo que los hace especiales. Ellos tienen la capacidad de ser ejemplo a la Iglesia por su entrega sin límites, por lo tanto, no tienen que esperar a ser adultos”, dijo Daniel Grasman, mexicano, director de SIM México.

Una generación que no involucra a los jóvenes es una generación destinada a morir, ya que no está invirtiendo en su legado para las próximas generaciones, y si no canalizamos el potencial de los jóvenes que Dios nos ha dado ahora, el mundo tendrá un paso de ventaja

“Los jóvenes están más dispuesto a aprender y acumular información y contenidos, pero no quieren solo escuchar, sino compartir, conversar y sentirse tomados en serio y en cuenta personalmente.” Hans Ziefle, director de movilización con ProVisión Chile.

Encomendar la misión a jóvenes sin tanta experiencia o preparación suena difícil, pero donde termina la vida de un joven, comienza el trabajo de un líder.

“Es el pastor quién debe guiar y movilizar a los jóvenes. Ellos son la próxima generación de cristianos que están esperando que se les muestre el camino para servir globalmente”, dijo Rolando Campos, psicólogo sirviendo con Movida Perú.

Los jóvenes están llenos de energía y fuerza de voluntad, y con la guía correcta se harán grandes cosas para la gloria de Dios.

“La Iglesia debe estar preparada para trabajar con la juventud, no solo con grupos grandes, sino también con pequeños grupos, teniendo, encuentros personales, discipulándolos y enseñándoles el evangelio y sobre las misiones”, dijo Andrés Corrales, misionero costarricense director de E625 en Uruguay.

“Nunca antes en la historia de la humanidad hubo tantos jóvenes como ahora. Esto presenta un gran desafío para las misiones cristianas.”

Roger Greenway, autor del libro “Vayan y hagan discípulos”

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