¿Los HTC son “pequeños misioneros”?

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Muchos hijos de misioneros acompañan a sus padres a visitar iglesias, con el fin de levantar fondos para su proyecto misionero. Generalmente, ayudan a sus padres presentando culturas, música extranjera o dando su testimonio frente a la congregación. Y entonces, empiezan a ser vistos como ‘pequeños misioneros’. 

 

“Si los hijos están felices de apoyar a sus padres en actividades misioneras, será una bendición tanto para los padres como para los creyentes”

 

Soon Im, misionera con WEC Latino. 

 

“Como padres debemos respetar y recordar que nuestros hijos tienen sus propias identidades y deseos únicos, y a medida que nos ven sirviendo en el campo, gradualmente formarán sus propias decisiones futuras conforme el Señor les habla”. Soon también nos contó que en su práctica familiar en el campo misionero, su esposo y ella no consideraban a sus hijos ‘misioneros’. 

 

“Hay un par de razones prácticas para esto, como creer que se necesita un llamado individual para vivir como misionero a tiempo completo. No fue necesario exigirles a mis hijos que vivan como misioneros, ellos tenían claro que eran hijos de padres misioneros y eso fue suficiente”, concluyó Soon. 

 

Si los padres cristianos vivieran en el extranjero haciendo negocios o estudiando una maestría, no llamamos a sus hijos “pequeño empresario” o “pequeño estudiante de maestría”. De igual modo, no deberíamos considerar automáticamente a los hijos de padres misioneros como “pequeños misioneros”, ya que no se espera que trabajen o funcionen como ellos. 

 

Es de suma importancia no abrumar a los hijos con el deber de las misiones, como muchos padres pueden estar haciendo; debemos involucrarlos de acuerdo a su edad y posibilidades. 

 

“Los hijos son parte de la familia y serán parte del ministerio si así lo deciden, ya que ellos pueden hacer cosas distintas a las de sus padres con sus dones, talentos y llamado”, dijo Andrés Blanco, pastor en Costa Rica. 


“Creo que el error estar en creer que el ministerio de los padres es el ministerio de los hijos, en algunos casos puede ser así, pero en la gran mayoría no, y si los hijos desean realizar otras cosas que glorifiquen a Dios, los padres y las personas a su alrededor deberían de entender”, finalizó.

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