No quedarnos quietos

Poco después de salir de la universidad yantes de ir al campo misionero, leí algunoslibros sobre las misiones médicas que meanimaron bastante.

Unos libros en particular fueron escritospor una pareja de doctores en Nepal. No diréque fui al campo porque leí esos libros tancautivantes, pero realmente me animaron aconvertirme en misionero.En 2009, mientras estaba en un descansoen Estados Unidos, un misionero de Nepalme invitó a su casa a conocer a nada más ynada menos que la pareja autora del libro.¡Estaba muy emocionado de conocer a dosde mis héroes de la fe en vivo y en directo!Cuando llegué, nos sentamos a hablar en lasala y me preguntaron, “¿qué ministerio estáshaciendo?”, yo les expliqué cómo estábamosplantando iglesias al rotar por distintospueblos con la clínica cada mes, con unequipo de pastores liderando estudiosbíblicos y servicios de la iglesia.“¡No, eso no es bueno!”, dijo la esposa.“Deberías estar entrenando enfermeras yotros doctores para multiplicar tus esfuerzos.¡Una persona no puede hacerlo todo!”.En el camino a casa, mi esposa y yohablamos y llegamos a una conclusión.No estábamos en Perú por la medicina,sino por el Evangelio, y la medicina es unaherramienta para llevar el evangelio a losperdidos.

Nuestra meta no es ver a gente mássaludable irse al infierno, sino ver a gentevivir una vida abundante aquí y ahora.Dr. Allen George, médico y misionero en PerúSi hablamos de misiones en el área de lasalud, es normal que muchos piensen “yono estudié nada relacionado con esa área,entonces no podría ayudar de ninguna manera”.Pero a través de la historia de CristalAgudelo, descubriremos lo contrario.Cristal es socióloga y su trabajo nuncaestuvo ligado con atender pacientes o algoparecido, pero fue cuando estuvo en Grecia,realizando un trabajo con refugiados queentendió que esa era el área a donde Dios laestaba llamando.

“Dios me dijo, lo que estás haciendo aquí,lo debes hacer en tu país”, comentó Cristal.Se involucró entonces en la preparación deuna brigada médica e inició el proceso paraformarla.

En Colombia, al igual que en otros países, seestaba llevando a cabo una crisis de migrantesvenezolanos, quienes dejaban su país por laprecaria situación que enfrentaban y buscabansobrevivir en nuevas tierras.Fue ahí donde Cristal y su equipo vieronla oportunidad para empezar. “Empezamosa movilizar medicamentos hacia la fronterade Colombia con Venezuela y visitamoshospitales también en algunas ciudades delpaís vecino, así como iglesias”, agregó.Con el tiempo lograron movilizar másequipos médicos y odontológicos hacia eselugar para dar la asistencia que los migrantestanto necesitaban.

Es importante animar a los profesionales dela salud a ver su profesión como la forma deservir en misión. “Solo se necesita entenderque no podemos quedarnos quietos mientraslas personas necesitan de Jesús a través denosotros”, finalizó Cristal.

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