¿Y si llevamos un adolescente al campo?
La adolescencia puede ser sumamente difícil. En esta etapa loshijos experimentan una transición enorme en sus cuerpos, cerebrosy madurez. Un cambio fuerte, como mudarse al otro lado del mundo,puede impactarlos de una manera muy dura. También es una épocadonde sus amistades son más importantes que su relación con suspadres.
Los padres siempre van a ser muy importantes en sus vidas,pero sus amistades proveen una regla y espacio donde se seguirándesarrollando hasta ser adultos independientes. Sacar a los hijos desus amistades significa dejar atrás unas rocas muy importantes en lafundación de su vida, dijo Richelle Webb, coordinadora de personalcon SIM Latinoamérica.
A partir de los 12-14 años, los hijos tienen más dificultades paraadaptarse a una nueva cultura, ya que tienen que manejar a la vezel cambio que pasan por su edad (adolescencia) y la transición auna nueva vida. Tienen más pretextos y necesitan un ambiente conamigos, etc.
Una mudanza puede traer dificultades a nivel académico debidoal cambio de idioma y amistades. Pero dejarlos atrás en su país deorigen con un pariente puede hacerlos sentir abandonados y menosamados, causando graves problemas mentales o psicológicos, dijoDorothee Reuter, encargada de desarrollo familiar con SIM.Las opiniones de los adolescentes sobre el hecho de ir al extranjerodeben escucharse con atención, ya que muchos de ellos tienenvínculos fuertes establecidos en su país, y hay que evitar darles unamudanza tan brusca.
Si el adolescente está en la etapa de graduación de la escuelasecundaria, se recomienda encarecidamente evitar cualquier tipode cambio o mudanza del entorno educativo actual, dijo Soon Im,misionera con WEC Latino.
Los padres deben tener una comunicación abierta con sus hijospara saber si tienen cierto temor o duda sobre ir al campo misionero.Necesitan tomar en serio los comentarios y temores de los hijosmientras oran por claridad.
Asi mismo, los padres deben comunicar al departamento demisiones y líderes sobre la inseguridad o el temor exppresado; sinjuzgar ni condenar, resolverlo de la mejor manera