El error de no hablar
Una misionera notó en sus viajes misioneros por Europa y Medio Oriente, que una de las cosas que sufren más los obreros en el campo, es el no atreverse a compartir la realidad del campo, no compartir sus emociones, sus luchas internas por temor a ser juzgados por la iglesia como poco espirituales, o sentirse fracasados o que no están siendo eficaces en el trabajo porque la iglesia y los donantes quieren ver resultados.
Ellos sólo envían las cosas bonitas y buenas que pasan, más no las malas y las luchas, problemas, frustraciones. Esto también lo tiene que saber la iglesia para lograr cambios en la comunicación. La verdad es que no he recibido ayuda con mis duelos en absoluto. Y creo que en parte es mi culpa por no expresar mi necesidad de ayuda, dijo Carmen, misionera en Asia.
El no hablar respecto a la pérdida o de aquello o aquél que ya no está aumenta el riesgo de sufrir depresión. Es necesario hablar, desahogarse, expresar y para esto es muy importante la presencia física y contención de los miembros de la comunidad cristiana.
Los expertos en el tema recomiendan no dejar transcurrir mucho tiempo sin compartir eso que te aqueja, ya que puede derivar de la tristeza a la depresión. Un error común que gatilla esta evolución hacia la depresión es justamente hacer de la pérdida o duelo, un tema tabú.
Pero también, Carmen considera que se debería establecer una persona para cada obrero, aunque no es nada fácil.
Pero sería lo ideal que cada obrero tuviera una persona que chequeara de vez en cuando cómo va, dijo ella.