No olvides crear verdaderas conexiones
El ministerio con las nuevas generaciones es un deporte de contacto. Gran parte de lo que conocemos como mejores prácticas involucra una combinación de trabajo relacional con los adolescentes. Entonces, ¿cómo trasladamos estos valores a las redes, en un contexto de distanciamiento social?
Primero, quiero mencionar algo que estoy notando en los líderes juveniles: se están cansando. La primera semana de aislamiento les trajo una descarga de adrenalina. Los impulsó a descubrir recursos tecnológicos y herramientas online para afrontar la situación.
Sin embargo, a medida que las cosas se calman, escucho sobre más y más casos de líderes juveniles que tienen la sensación de que no están alcanzando a vivir su llamado.
El ministerio con adolescentes en mi iglesia, está haciendo un trabajo fantástico al trasladar las reuniones principales y los grupos pequeños al formato online, así como al postear unos maravillosos videos con pequeños devocionales diarios. Sin embargo, la mayoría de los chicos en mi grupo pequeño no se están conectando y no se han unido a ninguna reunión por Zoom, ni del grupo grande, ni de nuestro grupo pequeño.
A mis adolescentes, Zoom (o cualquier otra opción de videoconferencia) los inquieta. Yo soy un gran fan de la experimentación. Y ciertamente creo que es posible que todos vayamos a aprender algunas cosas durante esta temporada que podrían traer cambios saludables a las prácticas del ministerio juvenil.
Pero tal vez sea más importante recordar la presencia del Cristo sufriente junto a nosotros, siempre, pero de manera particular en tiempos de desesperanza y confusión.
Al final del día, un trabajo genial en el ministerio juvenil, en cualquier temporada, no se trata de programas espectaculares (ni en línea, ni alrededor de un escenario). Un trabajo genial siempre ha tenido que ver, y siempre tendrá que ver, con conexiones: conectarse con los adolescentes, y ayudarlos a ellos a conectarse con Jesús.
En medio de la carrera por aprender cómo utilizar Instagram Live, no te olvides de acercarte a tus adolescentes de manera individual. Puede ser por medio de llamadas telefónicas, mensajes de texto, o incluso el correo común (¡puedes animar mucho a un adolescente con unas pocas líneas escritas en papel y enviadas por correo!). Ni el más profesional de los programas en línea puede reemplazar esta salsa secreta. E incluso aquellos adolescentes que no tienen interés en participar de otra reunión por Zoom necesitan que estemos comprometidos y dispuestos a dejar las 99 para ir en busca de la que falta.
Extraído y adaptado de Mark Oestreicher, publicado en www.e625.com