El sistema de castas

El sistema de castas de la India es una de las formas más antiguas de estratificación social que ha sobrevivido a lo largo de los años.

Su origen es histórico religioso, está basado en el karma (acciones) y el dharma (deber), tiene más de 3000 años de antigüedad y es muy complejo. Se reforzó por el desarrollo social y económico de los tiempos coloniales.

La palabra “casta” proviene del portugués que significa “raza, linaje, estirpe”. Este sistema que divide a los hindúes en rígidos grupos jerárquicos, perpetuando la desigualdad por clase social o nacimiento en India. Muchos creen que los grupos se originaron en Brahmán, el dios hindú de la creación.

Brahmanes: maestros e intelectuales, se cree que provienen de la cabeza de Brahmán.

  • Kshatriyas: guerreros y gobernantes, supuestamente de sus brazos.
  • Vaishyas: comerciantes y artesanos, quienes fueron creados a partir de sus muslos.
  • Shudras: trabajadores o sirvientes, vinieron de sus pies.
  • Dalits: los achhoots, los parias o los intocables, están fuera del sistema de castas hindú, básicamente los más pobres y discriminados de la sociedad.

 

3 pasos específicos para compartir el Evangelio

Cuando viví en India, Dios me enseñó cómo alcanzar a los no alcanzados en 3 pasos a través de Su Palabra. “En cualquier ciudad donde entren, y los reciban, coman lo que les ofrezcan.

Sanen a los enfermos que allí haya, y díganles: “El Reino de Dios se ha acercado a ustedes.” Lucas 10:8-9.

Coman: Significa relacionarse, hacer amigos, estar donde de la gente, ir a las bodas, velorios, baby showers, festivales del pueblo. Donde hay gente, hay comida. Donde hay comida, hay amistad, así es cómo se llegan a conocer y a querer.

Sanen: Significa servirles, no solamente orar por ellos sino ayudarles en lo que necesiten a nivel social. Proveer sus necesidades ya sea con desarrollo comunitario, campañas médicas, clases de reforzamiento, construcción de pozos y demás.

Díganles: Cuando ya te has hecho su amigo, porque has comido con ellos, los amas y están agradecidos porque los has ayudado, se van a abrir las puertas al Evangelio y van a querer saber de Dios.

Julieta Murillo, directora de SIM Latinoamérica

Mi vida fue una tortura, desconectado del Dios verdadero

Mi vida como hindú fue una tortura. Me levantaba por la mañana, iba al templo y realizaba rituales con los que no podía conectarme. Miraba al ídolo, diciéndome que el dios que representa es real, pero sabía que no lo era.

Poco a poco me di cuenta de que no había pruebas concretas de muchas de las historias y creencias detrás del hinduismo. Muchas personas continúan en la fe porque es lo que les han enseñado sus padres. Pero tenía mis dudas.

Por la gracia de Dios, durante la universidad escuché acerca de la verdadera liberación que solo es ofrecida por el Dios verdadero: Jesucristo. Ha cambiado mi vida y mis creencias, sobre todo.

Eki, ex hindú

 

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