Si estás respirando, tienes un Señor a Quien glorificar

El entregar nuestras energías a Dios es una bendición. Al acercarnos a la verdad siempre hay una revelación constante de la hermosura de Dios mismo y eso nos permite seguir avanzando a pesar de los muchos años que un cristiano tenga en el ministerio. Así mismo, con el transcurrir del tiempo sirviendo podemos experimentar ciertos nuevos desafíos, como los procesos al sacar visas, tal y como nos cuenta Roshni, misionera sirviendo de manera transcultural. 

Ella tiene nueve años en el campo misionero y ha experimentado la necesidad de aprovechar al máximo los tiempos cortos que le dan de visa. “Al ver que con el pasar del tiempo la obtención de la visa se hace cada vez más estricta, cada día es un regalo, es una bendición estar en el campo por un día más de visa. Uno tiene que aprovecharlo, sabiendo que nuestro tiempo es corto allí y debes dar lo máximo que tienes”, dijo Roshni. 

 

Con el transcurrir del tiempo podemos experimentar el desafío de las propias limitaciones del cuerpo físico o la edad, como dijo Mario Loss, primer movilizador de SIM en Sudamérica, ya jubilado, pero con un ministerio actualmente activo y de inspiración para muchas personas. “Podemos ser tentados a achicarnos y descansar. Sin embargo, mi filosofía es otra: En los últimos 100 metros, o en la última vuelta de la carrera, un buen corredor da todo lo que le queda. No guarda nada en reserva a menos que las piernas no den más”, dijo Mario. 

 

Vemos a lo largo de la Biblia la responsabilidad de transferir lo aprendido a otras personas. “Hablamos de la palabra transferir como Pablo que aconsejaba a Timoteo que encargara a hombres fieles e idóneos, que van a continuar el trabajo, gente local, que no tiene problemas con la visa, pasaporte, documentaciones, etc. Que ellos continúen el trabajo, transfieran ese conocimiento, capaciten a otros para que continúen la visión en medio del grupo étnico que uno está trabajando, que uno está alcanzando”, dijo Roshni. Cualquiera que sea el momento en el que uno se encuentre, Dios nos manda a someternos a su voluntad y en medio de eso, gozarnos en Él. “En lugar de frustrarse, hay que tener una buena actitud, diciendo: ‘bueno, me queda un mes más, Señor ayúdame, guíame, ayúdame a trabajar con la iglesia y los pastores locales. La gloria de Dios cada día es un regalo, hasta donde Dios te permita hacerlo, tener la actitud correcta de que ya sea un mes, dos meses o un año estarás allí y debes ser flexible a la posibilidad de que Dios abra otra puerta u otro campo”, dijo Roshni. 

 

Hay un propósito en el tiempo que Dios te ha puesto. “Tienes un propósito delicioso para cada día de tu vida. Si estás todavía en esta tierra, es porque tienes una tarea a realizar y un Señor a Quien glorificar”, Mario dijo.

 

Jessica Bastidas, colaboradora VAMOS

 
Termina Bien
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