Todo puede cambiar en un instante, pero Dios es el mismo
Si pudiera poner un título a este capítulo en mi vida sería: Todo en la vida puede cambiar en un instante, pero Dios es el mismo.
En estos dos años la única constante en mi vida fue Dios, quien es Él en tiempos de dificultad o de gozo, cuando perdimos a alguien, Dios sigue siendo Dios, Dios de amor, de consuelo y esperanza. Servir en Etiopía fue maravilloso porque Dios me mostró que nada es imposible para él una y otra vez, en una ocasión oré para quedarme en el país sabiendo que era probable que la guerra estallará en la ciudad, por la gracia de Dios la ciudad en la que estaba era segura, por una situación familiar una de las adolescentes con las que trabajamos se intentó suicidar, Dios la salvó, ella está aprendiendo a amar a Dios día a día.
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La vida en la ciudad donde vivo es muy inestable, un día la policía puede simplemente cerrar el paso en la calle para que el ejército se mueva a otro lugar y tu no puedes ni salar de casa, al siguiente día te informan que todo está bien, otro día simplemente recibes la orden de comprar pasajes para el lugar más cercano y salir del país, como el día en el que estábamos dando clases en el colegio y recibimos la orden de mantener a los estudiantes en el aula, al parecer existía una amenaza, se escucharon disparos, al parecer habían matado a alguien en el barrio, en todas las crisis experimente a Dios que me susurraba todo estará bien, me recordaba que Él tiene el control, que Él es quien protege a los niños en la escuela, Dios hizo
caminos donde no había y nos cubrió con sus alas, se que él es fiel, que su plan es mejor aunque implique dolor.
Así que donde te encuentres recuerda que Dios sigue siendo el mismo aunque todo en tu vida cambia, Dios nuestro refugio, mis estudiantes y yo lo sabemos muy bien, experimentamos todo el proceso.
Libi, obrera de SIM