¿Te gustaría oír una historia?

“¿Eres la Didi (hermana mayor) que nos contó una historia?” preguntó la pequeña.

Estaba sorprendido de ver a algunas chicas que había conocido meses atrás. “¡Sí!” respondí. ¿Se acuerdan de qué se trataba la historia?”, “Acerca de Prabhu Yeshu, (Señor Jesús)” respondieron.

Rina y Lakshmi ganan unas cuantas monedas poniendo tikkas (puntos de pintura roja y amarilla) en la frente de los adoradores que vienen a los ghats (escalones que llegan hasta el río).

Ellos habían tratado de poner un punto en mi frente una noche del verano pasado. “No gracias”, dije, “No quiero un punto pero les gustaría escuchar una historia”. Estuvieron de acuerdo, y les conté la historia de Jesús bendiciendo a los niños.

Es una gran historia para los niños, en especial para los niños de la calle, que han oído una y otra vez las palabras de los discípulos: “¡Váyanse. No hay tiempo para ustedes!” Les permite saber que Alguien sí tiene tiempo para ellos, que Alguien sí los ama. Mientras salíamos oré para que el oír el nombre de Jesús sembrara un hambre en sus corazones.

Ahora, al encontrarlos por segunda vez, ¡mi corazón fue alentado al saber que ellos recordaban la historia! Pregunté si querían escuchar otra. Había más tiempo en esta según reunión, suficiente para un simple repaso de la Creación, la Caída, y El que vino a arreglar el problema de la relación rota entre la gente y Dios.

Nuestros senderos se cruzaron una tercera vez hace un par de semanas en un paseo matinal.

Una multitud empezó a juntarse mientras les hablaba de un hombre poseído, la mujer del flujo de sangre, y la hija de Jairo. (La multitud se acerca para ver a un extranjero hablaba su idioma, pero si eso ayuda a que escuchen, ¡chévere!) .

Dije adiós cuando la multitud se empezó a poner incómodamente grande, pero las chicas me siguieron. Nos sentamos en unos escalones, y sin una multitud que distraiga, puede explicar lo que Jesús había hecho por ellas.

¿Ellas entendieron?¿Querían algo de mí?¿Ellas creían?¿Se acordarán? No sé. Pero mi corazón está lleno de gracias a Dios que dirige las oportunidades divinas. A veces vemos los efectos, muchas veces no.

Pero aliéntense de que incluso una historia de tres minutos puede tocar el corazón de alguien, usando el tiempo para que alguien pueda darles una idea del amor de Dios.

Ora para que Dios traiga a otros seguidores de Jesús a Rina y Lakshmi, y para que estas bellas chicas puedan llegar a conocer a Jesús.

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Oscuridad en los colores vibrantes - ASIA
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