10 cualidades de un discipulador

1) Ama a Dios sobre todas las cosas y ama a su prójimo como a sí mismo

Un discipulador nunca está marcando en su lista las cosas que ya hizo. El discipulado es un estilo de vida, no una responsabilidad religiosa. Discipulamos porque amamos a Dios y a nuestros prójimos.

(Marcos 12:30)

2) Su enfoque está en lo eterno

Hay tres cosas que son eternas: Dios, la Palabra y el alma de las personas. La vida que tenemos ahora desaparecerá hoy o mañana. No hay nada mejor que invertir en lo eterno.

(2 Corintios 4:18)

3) Tiene una relación íntima con Dios

El discipulador debe estar bien en su caminar con Cristo. La oración y el estudio de la Palabra son su prioridad.

(2 Pedro 3:18)

4) Conoce la sana doctrina

Este punto parece uno de los más difíciles, pero es el más sencillo. Ama la Palabra, lee la Biblia, medita en ella y enséñala.

(2 Timoteo 4:2)

5) Encarna la sana doctrina

Si ya estás discipulando a alguien, tienes que vivir todo lo que le estás enseñando. ¡No seas como los hipócritas!

(Tito 2:7-8)

6) Comparte la sana doctrina

No nos quedemos con todo lo que el Señor nos ha enseñado. No debemos ser como el Mar Muerto, donde el agua llega y se estanca. Nada crece ahí, ni nada vive. En cambio, en el Mar de Galilea el agua entra y sale, y todo florece a su alrededor.

(1 Corintios 15:58)

7) Es relacional

¡Los latinos somos expertos en esto! Sé intencional, no solo relacional. No te quedes compartiendo solo vida y tiempo juntos, sino también las verdades de Cristo.

(Romanos 12:10)

8) Inspira a los demás

Felicita a tus discípulos cuando hacen algo bien. Encuentra en qué son buenos. Siempre di la verdad y nunca menosprecies a ninguno.

(Hebreos 10:24)

9) Sabe reprender

Esta es la parte más difícil. Tus discípulos te escucharán solo si has hecho bien los primeros ocho puntos. Tienes que ganarte el derecho de reprender. Si no conoces a alguien y lo corriges, esa persona no te va a escuchar.

(Colosenses 3:16)

10) Es perseverante

El discipulador debe ser perseverante, no en los resultados, sino en Dios. Persevera en todo momento, aun cuando no haya frutos. Recuerda: aun Jesús tuvo su Judas.

(Mateo 24:13)

Lo valioso de estos puntos es que es mejor entenderlos y vivirlos que solo decirlos. El discipulado no es una época de tu vida, es un estilo de vida para toda tu línea de tiempo.

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