Tema misionero

Compartiendo tu fe con tu amigo budista

Al compartir tu fe con tu amigo budista recuerda que tiene una visión del mundo muy distinta a la tuya, por eso debes evitar términos cristianos como “renacer” o “nacer de nuevo”.

Algunas alternativas con las que se identificaría mejor son “interminable libertad del sufrimiento, la culpa, y el pecado” o “la oferta de una vida buena y eterna sin sufrimiento”.

Formas practicas para comunicarte con familias budista

  • Confía en Dios y ora intensamente por las familias: la oración es una total dependencia de Dios, construyendo puentes hacia Dios.

  • Se sensible al Espíritu Santo: descubre dónde está trabajando y ponte en línea con Él.

  • Respeta los budistas, viéndolos como creados a la imagen de Dios, incluso si no lo muestran.

  • No trates de destruir su fe... PERO... transfiere su fe del objeto equivocado al objeto correcto (Hechos 26:18).

La maravilla de tener la verdad

En Filipenses 1:12, Pablo dice que “toda lengua confiese que Jesús es el Señor”. Este es un ejemplo claro de que cuando Dios habla de “todo el mundo”, se refiere realmente a TODO EL MUNDO.

Todos los idiomas, todas las costumbres, todos los colores de piel y de cabello, todos. Lamentablemente, esto aún no ha sido posible. A pesar de los esfuerzos y de que la Biblia ha sido traducida a más de 3200 idiomas, aún hay más de un millón de personas que no tienen el privilegio de escuchar el Evangelio en su lengua materna.

Todos merecemos la biblia

La Biblia es la Palabra de Dios y todos merecemos leerla en nuestra propia lengua; pero no todos tienen la misma oportunidad. Hay 1,800 comunidades lingüísticas que no tienen la traducción de la Biblia en su propia lengua; lo asombroso es que cuando la tienen; sus vidas cambian de una manera asombrosa.

Vemos vidas transformadas que han podido perdonar, y por consiguiente; sus relaciones han sido transformadas porque miran a Jesucristo y tienen una relación correcta con Dios.

Resultados que perduran

Identidad

con la traducción de las Escrituras, Dios habla a la gente en su propia lengua, afirmando su identidad como gente, gente que Él ama. Además, la identidad de un grupo se expresa a través de relatos tradicionales de su cultura, y puede preservarse y recobrar su prestigio al registrarlos en forma escrita.

Libertad

El deseo de leer La Palabra que “libera” a la gente es lo que motiva a muchos a aprender a leer. La habilidad de leer y escribir les libera también del analfabetismo que los mantenía oprimidos en la pobreza

Autoestima

Los traductores tienen muchos roles

Cuando te lanzas al campo de la traducción bíblica debes ser consciente de que no solo serás un traductor; en realidad, te está comprometiendo a asumir diferentes “personalidades”.

Serás un granjero, que producirá “alimento espiritual” para el mundo; serás un periodista, comunicando información crucial. Serás también un revolucionario, derribando mentiras y falsas creencias; un sembrador, poniendo los cimientos de las iglesias.

Una labor llena de desafíos

Trabajar en la traducción de la Biblia, como cualquier otro trabajo, presenta desafíos que pueden afectar a los diferentes equipos y, aprender a manejarlos y superarlos, definirá el éxito o el fracaso del proyecto. A los desafíos propios de la labor de traducción que dificultan el proceso, se le suman las preocupaciones de cada uno de los miembros del equipo, sus relaciones con la comunidad y también con las condiciones de trabajo.

Dios llama y la iglesia envia

A veces es difícil distinguir entre un llamado genuino y el entusiasmo temporal por las misiones. Nuestro objetivo debe ser saber cómo identificar el llamado real para involucrarte en la obra del Señor.

“Muchas veces se toman decisiones basadas en emociones, y no en lo que Dios quiere de nosotros; o en su defecto, la persona tiene el llamado, pero no lograr dar el siguiente paso, que es obedecerlo”, dijo un estudiante de los cursos en línea.

Errores comunes en cuanto al llamado misionero

  • Confundir la carga y el llamado. La carga es la pasión, mientras el llamado es la convicción de ir.
  • Tomar pasos por emoción y no en el tiempo y la manera de Dios para cumplirlo.
  • Tener expectativas no realistas o “románticas”, que, al enfrentarse con la realidad, terminan en desilusión.
  • Confiar en el solo hecho de tener el llamado, sin preocuparse por la correcta preparación.
  • Inferir en que nuestro llamado garantiza la provisión divina. Tu pasión por las misiones debe llevar a los demás a apoyarte en lo espiritual y económico.

Guiando a los interesados

El Dr. Ralph Winter, editor del curso Perspectivas, estuvo apasionado con levantar más movilizadores y dijo que un movilizador valía mucho más que solo un misionero porque tiene el potencial de levantar muchos misioneros y recursos para su labor.

El 1% de las ‘decisiones misioneras’ en los eventos resulta en un servicio real de carrera misionera.

“Principalmente porque los padres, amigos e incluso pastores rara vez alientan a alguien a seguir adelante en ese tipo de decisión”, dijo Ralph.

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