La importancia del Muro de los Lamentos
El famoso Muro Occidental de Jerusalén, o también conocido como el “Muro de los Lamentos”, es todo lo que queda del Templo judío destruido por el ejército romano dirigido por el emperador Tito, cuando la ciudad fue sitiada en el año 70. Construido de piedra maciza, el muro tiene casi 60 metros de largo y su nombre deriva de su identidad original como muro occidental del atrio del Templo. De 1947 a 1967, el área de Jerusalén donde se encuentra ubicado el muro estaba bajo control árabe y los judíos tenían prohibido el acceso a este santo lugar.
Sin embargo, Israel tomó control de esta área de Jerusalén durante la Guerra de los Seis Días, hizo posible que judíos de todo el mundo llegaran a orar al Muro de los Lamentos. Este Muro constituye un poderoso símbolo de la fe y unidad judías y representa:
- Un recordatorio del sufrimiento que por siglos ha padecido el pueblo judío.
- La presencia de Dios en el Templo.
Un muro con mucha historia
Tengo miles de años. Escuché el balido de las cabras mientras estaban preparadas para expiar el pecado. Escuché las oraciones del sumo sacerdote en nombre de Israel. Escuché los suaves pasos de una pareja mientras subían a un bebé por los escalones del Templo, y la maravilla en la voz de Simeón cuando recibió al infante Yeshua (Jesús) en sus brazos. Escuché como el diablo se burlaba de Yeshua para probar que era el Mesías saltando desde el punto más alto del Templo. Escuché el celo de Yeshua cuando expulsó a los comerciantes de la casa de Su Padre. Recuerdo el cielo oscurecido el día que murió, y escuché el velo del Templo rasgarse en dos.
Durante muchos años, el pueblo judío no pudo contactarme. Entonces, un día, en medio del tumulto de la guerra, escuché a los paracaidistas israelíes flotar para reclamar el control del Monte del Templo, y de mí, para el pueblo judío. Soy recto y alto como el lugar de oración más sagrado del judaísmo. Los visitantes de todo el mundo se maravillan de que sigo en pie. Tocan mis piedras doradas y cálidas y rezan oraciones escritas entre mis bloques. Escucho las lágrimas de los incrédulos caer mientras visitan aquí en busca del Dios de Israel.
Israel, es una tierra de grandes oportunidades. Es el único país en el Medio Oriente donde todas las religiones de alguna manera respiran un aire de paz. Y, sobre todo, un gran campo para evangelización. Miles de católicos, musulmanes, y turistas llegan a la tierra santa con más apertura y sensibilidad en sus corazones abriendo camino para escuchar y recibir evangelio.