Pinturas, caballetes y amistades
Aprender a usar el arte como un puente para el evangelio ha sido un viaje emocionante, y a veces largo para Laura quien sirve en Kazajistán con IMB.
Dios puso Kazajistán en mi corazón cuando estaba en la universidad, desde ahí me tomó 7 años de espera, que el Señor uso para equiparme. Fue ahí donde el Señor me enseñó a usar el arte como puente, pasé de directora de artes a evangelista. Los estudiantes postmodernos no hablaban sobre cristianismo, pero cuando veía su arte, veía sus corazones y esto me permitió establecer relaciones, dijo ella. Cuando Laura llegó a Kazajistán tomó 6 meses para tener una mirada seria y explorar cómo el Señor la usaría allí. Ella sabía que tenía que ser ella misma y usar todo lo que el Señor le había estado enseñando a lo largo de los años.
Elegí vivir en un área donde hay muchas galerías de arte. Después de las clases de idioma, caminaba por el vecindario y miraba cada galería en el camino. Noté una pequeña galería, casi oculta y fue ahí donde conocí a una joven egipcia. No sabía en ese momento lo especial que se convertiría, nos empezamos a ver seguido, me invitaba a sus exposiciones y conocí a su esposo, dijo Laura.
Laura trabaja con un grupo de artistas que se reúnen para enseñar, amar, alentar y compartir sus vidas con los niños de la calle en Astaná. El arte permite una comunicación más profunda. Hice muchos amigos en el círculo artístico y tuve conversaciones increíbles con cristianos y musulmanes. El arte es una plataforma poderosa para trabajar, ya que la mayoría de los artistas son pensadores laterales y parecen desnudarse personalmente más rápido que otros, dijo ella.
Pero sus momentos más preciados fueron con su amiga de la pequeña galería. Ella incluso venía a visitarla a su departamento. ¡Tiene tantas preguntas sobre el amor, el matrimonio, la vida y Dios! Ella me permitió compartir mi historia de cómo llegué a Cristo, lloré cuando oré por ella y a menudo se refiere a mí como su ángel, dijo Laura.
No hay nada más reconfrontante que saber que el Señor te pone donde Él te necesita y usa los dones que te ha dado.