Las crisis afectan nuestro todo
Tiempos de incertidumbre
¿Cómo vive un misionero o una familia misionera que está en el campo y está obligado a obedecer el confinamiento?
¿De qué manera lo afecta el ver que la comunicación con su iglesia se ha interrumpido y que la incertidumbre del futuro lo embarga?
¿Cómo le afecta la pérdida de su libertad y control de su vida, viendo que las personas alas que sirve se contagian y mueren?
¿Cómo afecta todo esto su espiritualidad y estado emocional?
La incertidumbre provoca en el misionero, como en cualquier persona, un estado de ansiedad que es difícil de tolerar.
Este sentimiento surge por el hecho de no tener control sobre las situaciones internas y externas del diario vivir.
La pregunta existencial que surgirá es: ¿Señor por qué permites esto? ¡He llegado al campo misionero, veo mucha gente que aún no te conoce y ahora con la crisis no puedo salir, mi iglesia no ha enviado su ofrenda, tengo temor a contagiarme y no sé qué hacer!
Los sentimientos de enojo, tristeza, frustración y otros, acompañan este período de duelo; pero también, en los momentos de intimidad con Dios, surgen nuevos conocimientos profundos del Emmanuel y del Yo soy. Esto provoca una resiliencia maravillosa en la vida misionera.
Las crisis afectan nuestro todo
Muchas veces sin previo aviso, llegan las crisis a nuestras vidas y producen molestias y temor porque sabotean nuestro diario vivir. El COVID-19 es un ejemplo de ello,una enfermedad que ha dejado al mundo en circunstancias sin precedentes y a privadoa la humanidad de las cosas más sencillas y valiosas como el abrazo y el caminar juntos con libertad.
Vivimos en tiempos difíciles, cada aspectode nuestras vidas ha sido afectado. Las decisiones de ahora y de los próximos meses serán algunas de las más importantes en nuestra generación. Afectarán a todo el mundo en los próximos años. Solo podemos confiar en que Dios nos guiará en estos días inciertos, dijo Marisol, traductora bíblica en el Medio Oriente.
Las crisis afectan todas las áreas de nuestra vida y el movimiento misionero no es una excepción.
Muchos latinos tienen presupuestos limitados, las finanzas son una de las primeras áreas que están siendo afectadas. A algunos de nuestros obreros se les ha dicho que no esperen las ofrendas prometidas, dijo Christina Conti, movilizadora con SIM.
A su vez, ella mencionó que ha sido grato ver varias iglesias y hermanos sacrificándose para cumplir con sus ofrendas e incluso dar más de su compromiso mensual.
De acuerdo con Christina, emocionalmente, el virus ha cobrado un precio: Los latinos están muy involucrados en las vidas de las personas y verlos sufrir hace que sientan la crisis en un nivel más profundo.