Netflix: ¡Convierte una maratón en un ministerio!

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Aparte de los programas obvios para usar para evangelizar, puedes usar cualquier serie o película en una discusión de tu grupo pequeño.

Casi siempre hay un mensaje profundo que se presta para un devocional o conversación espiritual. Por ejemplo, tu grupo puede mirar una película juntos o aparte , conversar y compartir un pequeño devocional.

Un ejemplo: “Buscando a Nemo” Preguntas para conocerse:

  • ¿Sabes nadar? ¿Cómo aprendiste?
    ¿Prefieres el mar o una piscina?
  • Comenta sobre tu papá, ¿era protector,
    demandante, amoroso, gracioso, etc.?

Preguntas sobre la película:

1. ¿Cuál fue la parte más graciosa? Comenta sobre eso.

2. ¿Qué personaje te gustó más y por qué?

3. Nemo tenía una debilidad. Su aleta estaba dañada. ¿Qué debilidad tienes tú? ¿Has aprendido a sobreponerte?

4. ¿De qué tenía miedo Marlin? ¿Crees que el miedo es un obstáculo para vivir una vida buena?

5. Otro pez aconsejó a Marlin: “Si no dejas que nada le pase, entonces nada le pasará”, ¿qué significa?

6. Haz una lista de las 5 últimas oraciones que les dijiste a tus papás. ¿De qué tipo de cosas hablaron?

7. ¿Qué actitud tienes con tus papás?

Un devocional

Encontrando a Nemo es la historia de un pez que desobedece a su papá al nadar hacia el mar abierto, donde es capturado por un buceador y colocado muy lejos de casa, en una pecera.

Ese podría ser el final de la historia, excepto que ese pez tenía un papá, un papá que lo amaba tanto que estaba preparado para nadar el océano entero solo para rescatar a su hijo.

Dios es llamado nuestro Padre 265 veces solo en el Nuevo Testamento. Necesitamos darnos cuenta de que Él es nuestro Padre.

La historia de Nemo es la historia de cada uno de nosotros. La biblia podría fácilmente tener un nuevo título: “Encontrando a Nemo” o “Encontrando a Moisés” o “Encontrando a Ana” o “Encontrando a… (tu nombre)”.

Tenemos un Padre Celestial. Hemos desobedecido y en muchas maneras decidimos nadar fuera de los límites, hacia el mar abierto. Pero cuando reconocemos que hemos desobedecido y queremos que Él sea nuestro Padre, aceptamos a Jesús –quien murió por nosotros-, y nos convertimos en los hijos de Dios, y lo podemos llamar PAPÁ – abba.

“Y porque ya somos sus hijos, Dios mandó el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones; y el Espíritu clama: «¡Abbá! ¡Padre!» 7 Así pues, tú ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo suyo, es voluntad de Dios que seas también su heredero.” Gálatas 4:6-7

Pregunta para pescar:

¿Cómo has sentido el amor de Dios como tu Padre? ¿Te gustaría sentirlo?

Discipulando a los jóvenes por Zoom

Involucrar a los jóvenes en la iglesia ha sido difícil durante la pandemia, pero los líderes juveniles en América Latina han comenzado a compartir ideas para hacer que el estudio de la Biblia y el compañerismo sean cautivadores nuevamente.

“Lo mejor es discipular a los jóvenes cara a cara, pero desde que comenzó la pandemia y los confinamientosalgunos líderes no sabían cómo hacer que las reuniones por Zoom fueran interesantes e interactivas. Al escuchar de sus dificultades, comencé a orar para que Dios nos mostrara el camino a seguir”, dijo Cynthia Sundman, asesora del liderazgo de jóvenes con SIM.

Cynthia también comenzó a investigar y compilar enfoques creativos para ayudar a conectarse con los jóvenes a través de videollamadas. Lo compartió con otros líderes a través de Facebook, y estos lo aplicaron en sus reuniones del ministerio de jóvenes.

Ahora, grupos de 20 o más líderes de todo el continente se reúnen cada dos meses para intercambiar métodos para mejoran la participación y el aprendizaje.

“Nos reunimos para aprender una nueva idea, practicarla en grupos pequeños y compartir otras ideas creativas entre nosotros. También estamos conectados en un grupo de WhatsApp para compartir ideas, orar y animarnos unos a otros todos los días”, agregó Cynthia.

Las reuniones de Zoom han unido a los líderes de jóvenes en varios países de Latinoamérica, cruzando fronteras geográficas y denominacionales que nunca antes habían considerado.

Gracias al internet y las provisiones creativas de Dios, ahora tenemos múltiples oportunidades para bendecirnos unos a otros. Es fascinante cómo Dios une a las personas para discipularse y servirse. Son tiempos nuevos e innovadores. Dios nos está guiando hacia adelante mostrándonos formas de bendecir a otros y hacer avanzar Su Reino”

finalizó Cynthia.

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