Aprendiendo a convivir
Astrid Duarte ahora dirige un proyecto misionero con la etnia indígena Chortí del oriente de Guatemala. Este campo misionero nació como desafío de un diplomado y quedó fijo para seguir. Un lugar donde ha prevalecido el catolicismo, brujería y alta desconfianza de nuevos visitantes.
La comunidad ha sufrido muchos hechos históricos en los que se han visto en la necesidad de investigar para qué y quiénes ingresan a sus comunidades.
“A pesar de todo esto, el difícil acceso en carretera, largo camino montañoso, carencia de agua y luz, etc., logramos ingresar ganándonos la confianza de la comunidad, dijo Astrid. La confianza de personas claves y sobre todo el contacto con un pastor evangélico que estaba cerca de la comunidad con quien se unieron esfuerzos para el proyecto Umorossé palabra Chortí significa levantando la cosecha.
Investigar su cultura, respetarla y mantener la confianza con la etnia ha sido una fuerte base para empezar a plantar una iglesia.
Hemos aprendido a respetar la etnia. Hemos comido como ellos, hemos aprendido a convivir sin lujos, por ejemplo, a dormir en el suelo, tener frio, tener sed, vivir lo que ellos viven, dijo Astrid.
No es fácil, pero Dios ha sido fiel. Hemos aprendido que Dios está allí, dijo Astrid.