Más allá de las ofrendas: formas de cuidar a tus misioneros

Recomendaciones para la Iglesia que recibe a los misioneros
Como iglesia es importante que cobijen a esa persona, a ese misionero que acaba de llegar, que le hagan sentir que no está solo, que simplemente están ahí para él, permitirles crear espacios seguros para poder hablar y desahogarse.
- Dar un tiempo para ellos, no queramos que empiecen a servir y servirque realmente sea un tiempo de descanso, un tiempo de reconectarse con gente que hace muchos años no se reconectaban.
- La reconexión es super importante, pero ayuda mucho no saturar su agenda con mucha gente día a día compartiendo todo el tiempo.
Las dificultades para readaptarse a la cultura de origen se atribuyen a múltiples factores:
¿Quién soy yo cuando no estoy sirviendo?
Para los misioneros, uno de los retos de su reingreso es redescubrir su identidad y cómo expresarla en su comunidad de origen.
El apóstol Pablo afirmó que su identidad principal no se encontraba en su herencia familiar, su etnia o su nacionalidad (Fil. 3:5). Por el contrario, estaba en Cristo, que le permitía adaptarse y conformarse a todo tipo de personas por la causa del Evangelio (1 Co. 9:19-23).
Quizá la pregunta más significativa para los misioneros sea: “¿Dónde está Dios en esto?”.
Para muchos misioneros que regresan, la experiencia de aflicción y pérdida en el reingreso puede verse agravada por la pérdida de conexión con Dios.
El objetivo de todo el proceso de reingreso es ayudar a las familias misioneras a fortalecer su identidad en Cristo y animarlos a expresarlo de formas nuevas y significativas en su comunidad de origen.
Restaurar las viejas conexiones puede llevar tiempo y estar lleno de desafíos, pero el proceso de traer a los misioneros a casa de forma saludable, no sólo afirmará su papel e identidad, sino que expresará de manera significativa la identidad de una comunidad en Cristo.
Tomás Kimber, quien sirvió con ReachGlobal