Formas en que la iglesia puede fortalecer a los obreros

1. Discipulado

La mayoría de los misioneros en el estudio enfatizaron la importancia de un discipulado profundo antes de llegar al campo. Una misionera afirmó: “Si no hay un buen discipulado, el misionero no está anclado para los desafíos y dificultades”. El discipulado debe ser personalizado, basado en relaciones genuinas y no solo en enseñanza académica. Sin embargo, muchos misioneros sintieron que sus iglesias lo ofrecían de manera limitada, a menudo conducido como clases académicas en lugar de un compromiso relacional y holístico. Una misionera entrevistada notó que el discipulado: “no [es] solamente la transmisión de conocimiento, sino, involucrarse con la vida de una manera integral, del discípulo”.

2. Mentoreo

Antes y durante la misión, el mentoreo es crucial. Los misioneros con mentores enfrentaron mejor sus heridas emocionales. Los misioneros prefieren tener mentores con experiencia en el campo y sugieren que misioneros retirados sirvan como mentores para los nuevos trabajadores.

3. Adaptación de las disciplinas espirituales

Los misioneros peruanos solían practicar la espiritualidad en comunidad, pero muchos carecían de experiencia en disciplinas individuales como el silencio y la soledad, las cuales eran necesarias para sostenerse cuando llegaron al campo. Un misionero compartió cómo aprendió a escuchar a Dios en el silencio, en lugar de solo hablar en oración. Los misioneros se mostraron muy abiertos a adoptar nuevas disciplinas espirituales y, en particular, quienes trabajaban en contextos cerrados al evangelio encontraron gran sustento en estas disciplinas y habían aprendido a entretejerlo en el hilo de sus vidas. Las iglesias enviadoras deben preparar a los misioneros para diversos contextos culturales, introduciéndolos a disciplinas espirituales como retiros solitarios para fortalecer su relación con Dios.

Una misionera afirmó: “Si no hay un buen discipulado, el misionero no está anclado para los desafíos y dificultades”.

4. Impacto de la iglesia enviadora

Uno de los mayores valores de la iglesia peruana es su fuerte sentido de comunidad. Muchos de los misioneros extrañaron esto en el campo y sufrieron por la falta de comunicación de sus iglesias, sintiéndose abandonados, olvidados y desatendidos. Mientras algunos misioneros no recibieron el sustento prometido, otros necesitaban más, como expresó una de las misioneras: “Siempre he visto a la iglesia con una figura de ‘papás’. Desde el principio los vi así y al venir al campo dije: ‘la iglesia debería cuidarme, ¿no?, cuidar a su misionero’, pero no lo hace, solo proveen otros recursos y debo admitir que eso nunca me faltó”. Como iglesias enviadoras, necesitamos pensar en cómo podemos cuidar y acompañar mejor a nuestros misioneros, no solamente durante el tiempo en el campo, sino también antes de salir y cuando regresan.

Conclusión

La investigación resalta la importancia de la iglesia enviadora en la formación y el cuidado espiritual continuo de los misioneros. Priorizando el discipulado, el mentoreo, la enseñanza de disciplinas espirituales y una comunicación constante, las iglesias pueden equipar mejor a sus misioneros para que no solo sobrevivan, sino que florezcan en su llamado.

Ruth Turner, coordinadora del cuidado integral para Latin Link, hizo una investigación en 2023 sobre 51 trabajadores misioneros interculturales peruanos donde reveló el papel crítico de la iglesia enviadora en su cuidado integral.