Tu testimonio: El mejor método para llevar a Cristo a los budistas

La forma más eficaz para presentar el Evangelio implica conocer la cultura y hacer buenos amigos, dicen la pareja misionera Gregory y Amy Withsett.

“Trabajamos con budistas. Y cuando comenzamos, nuestro desafío era el siguiente: ¿Cómo presentar el Evangelio si ellos no creen en la Biblia? Mucha gente que no acepta la Biblia no va a aceptar un sermón. Tiene que haber una conexión”, dijo Gregory.

Por esta razón, su esposa y él comenzaron a conocer de forma profunda la cultura budista y llegaron a la conclusión de que no hay manera de hablarles de Cristo y de la Biblia de la misma forma que se hace en América Latina.

“Es como si quisieras que las personas acostumbradas a jugar al golf comenzaran a jugar al fútbol sin entender las reglas. Ellas pensarán: ‘¿Tenemos que mover esta pelota con el palo de golf?’ Pero, no entrará donde la pelota de golf sí lo hace”, describió Amy.

Amy hizo un paralelo entre un versículo bíblico que comúnmente es presentado en estudios bíblicos o cuando los cristianos presentan a Jesús: Juan 3:16.

“El inicio del versículo no sería bien comprendido: porque Dios amó al mundo. Ellos preguntarían “¿Dios? ¿Cuál Dios?” Ya que tienen varios. Y no solo eso: sus ancestros (padre, madre, hermanos) son dioses”, dijo Amy. Además de eso, Amy dijo que el hecho de que Jesús muriera en la cruz es traducido como un “mal karma”, ya que solo las malas personas mueren de forma violenta.

La pareja Whitsett aconseja que aquellos que deseen llevar el mensaje de salvación deben estar preparados para crear lazos de amistad verdaderos, estar seguros de lo que creen y vivir de forma sincera.

“Necesitamos comenzar con la amistad. Otra cosa: necesito ser real conmigo mismo. Como cristianos, tendemos a encubrir nuestros pecados, nuestros problemas, porque queremos honrar a Dios y no queremos que las personas piensen que somos seguidores de Jesús “con defectos”. Pero si tenemos problemas necesitamos depender de Dios. Y, con eso, mostrar a los otros que aun con dificultades, tengo una fuente de poder, paz, alegría y gracia: Jesús”, afirma Amy.

Mientras Greg afirma que el testimonio más importante es el cotidiano. “Si mi caminar con Cristo no es transformador, no tengo un testimonio. Si dejo que Dios me ayude en cosas pequeñas como controlar la rabia y vencer tentaciones, muestro a los demás que eso es real. Y las personas quieren lo real”, finalizó Gregory.

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