El cuidado de las familias de los misioneros
Cualquier padre, que entienda la importancia de la familia a la luz de la palabra, anhela un hogar lleno de amor y felicidad, pero, sobre todo, anhela un hogar con una misión que sobrepase los propios anhelos o sueños de cada uno de los integrantes.
Y el hablar del momento en que uno de los hijos decide partir del hogar a causa de las misiones, despierta ya sea la habilidad de comprensión en los padres o en otros escenarios no cristianos, una carga difícil de sobrellevar ya que no hay un entendimiento profundo de la motivación de las decisiones.
Pero a pesar de la aparición de cualquiera de estos escenarios, es un momento que tanto la Iglesia enviadora como la agencia que acompaña deben considerar en amor y cuidado de una familia llamada por el Señor.
Es muy importante el trabajo con la familia que se deja. Ellos sufren muchísimo. Necesitan de apoyo emocional, acompañamiento, ánimo y consuelo
, dice Lorena, obrera en España. A pesar de la comprensión sobre el trabajo misionero, una familia que se queda tiene muchas necesidades que como Iglesia se debe estar conscientes. La Biblia es clara respecto a vivir con un amor fraternal y es nuestro deber caminar comprendiendo la responsabilidad.
Las familias que se quedan no siempre entienden bien, y lleva tiempo que entiendan, amen y acompañen en el campo. Es fundamental la asistencia por el período que sea necesario
, nos cuenta una obrera en América.
Rosa, una misionera en Asia, también nos cuenta su anhelo de que, así como se cuida al misionero, también se debería tener un cuidado por la familia de éste: Así como el misionero debe de aprender a vivir
.solo
a enfrentar los nuevos cambios, a pasar momentos de soledad, los padres también pasarán por lo mismo, y en esos momentos es donde sería apropiado el cuidado hacia ellos, ya sea con una llamada telefónica, o una visita inesperada
Tenemos que recordar que, muchas veces, el amor por las misiones nace en el hogar, nace en padres que aman a Dios, en padres que se esfuerzan por irradiar el evangelio en cada una de las escenas cotidianas que atraviesan, nace en familias llamadas a proclamar las buenas nuevas a sus hijos.
Y en las demás ocasiones, los misioneros nacen en familias no creyentes, siendo éste el caso recordemos que la Iglesia cumple un papel fundamental siendo instrumentos del amor del Padre, mostrando dignamente el evangelio y anhelando que la semilla sea plantada y que de fruto en el tiempo de Dios.
Experimentan algo que muy pocos han vivido
Las familias de misioneros experimentan algo que muy pocos han experimentado y es un proceso de duelo. Hay que entender eso y cada uno va a manejarlo a su manera. Pero creo que al igual que con el duelo de muerte, también en este caso hay cosas que uno puede hacer para ayudar a manejarlo de una manera sana, y la iglesia y los hermanos son una parte clave en todo esto.
Quizás si se dieran cuenta que es un proceso de duelo, les ayudaría a tomarlo más en cuenta y más serio. Si ellos no han experimentado, no tienen empatía; pero si yo he perdido a mi papá y veo que la hermana acaba de perder a su papá, inmediatamente tengo emociones y recuerdos que me ayudan a entenderla. Pero con la familia que envía a un hijo, ¿qué pasa? Por eso un grupo es importante, podrían autoayudarse, intercambiar ideas, hacerlos sentir útiles.
Dra. Jessie Ritchey, consultora en cuidado integral