En busca del verdadero nirvana

La túnica color azafrán de un monje se balancea mientras atraviesa el patio del templo. A pesar de la nieve, la gente se aglomera en el espacio abierto.

Encienden velas rojas, queman incienso y se ponen de rodillas ante los ídolos, esperando que su atención a los asuntos espirituales les de buena fortuna en el año que viene. Esta imagen es muy frecuente cuando se vive en el mundo budista.

El budismo es la cuarta religión más grande del mundo con más de 1.3 mil millones de seguidores en el planeta. Siddhartha Gautama, un brahmán hindú que buscaba la iluminación, fundó el budismo hace casi 2500 años.

“A menudo, el budismo se ve como una religión, pero no es un sistema de fe y culto con un compromiso y lealtad a un ser sobrenatural. Tratar de comprender las creencias y prácticas de un budista es muy desafiante para un seguidor de Jesús”, dijo Robert Erion, director para las Américas de OMF Internacional.

El budismo tiene una forma casi mística de sí mismo. Sus enseñanzas son abstractas, y sus seguidores irradian la idea de que la paz, algo similar al zen, espera a todos los que acepten los principios de esta religión, que busca la iluminación.

“El budismo enseña que no hay Dios, pero uno puede alcanzar la iluminación, el nirvana, un estado de paz y sabiduría suprema, a través de una disciplina estricta, a través del estudio y mediante la realización de buenas obras”, dijo Esteban, quien sirve en Asia.

Existe un caleidoscopio de budistas: son más de 270 clases en todo el mundo (Johnson 2010). Dos escuelas principales, Mahayana y Theravada, tienen muchas sectas diferentes dentro de ellas. Vajrayana, con sus diversos grupos de budismo tibetano, es oficialmente parte de Mahayana, pero a causa de sus prácticas esotéricas y entidades espirituales tántricas, el budismo tibetano a veces se considera una tercera escuela separada del budismo. En consecuencia, durante 2500 años surgieron complejos sistemas de creencias budistas.

“El budismo en Sri Lanka tiene una mezcla de creencias con el hinduismo. Además de creer en Buda, creen en algunos dioses hindúes, no tienen seguridad de vida eterna, buscan salir de este ciclo de sufrimiento y tener alguna esperanza de salvación”, dijeron los Meza, una pareja de argentinos sirviendo en Sri Lanka.

“Los budistas de Tailandia y Laos viven tratando de apaciguar constantemente a los espíritus malignos y aumentar su buen karma. Instintivamente reconocen que el nirvana, es imposible de alcanzar, por lo que ponen su mirada en la esperanza de una vida mejor en su próxima ronda de reencarnación”, dijo Ernest quien sirve en Asia.

La necesidad de buscar una verdadera salida a este ciclo de sufrimiento es evidente entre esta multitud masiva de pueblos budistas, compuesta por cientos de etnias. Durante el siglo XX, un movimiento budista en el occidente se expandió entre los europeos, así como a través de la diáspora budista inmigrante y refugiada oriental. El budismo es, de hecho, “Glocal”: se pracitica tanto en casa como en el mundo entero.

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