“Me perdieron”

Héctor Martínez en un viaje misionero con su iglesia local tuvo un encuentro que le cambió la vida.

Estábamos evangelizando en un parque en Managua, y con mucho entusiasmo me acerqué a hombre para compartirle el evangelio , dijo él.

Este hombre le empezó a contar su historia de cómo un día él también había sido parte de una iglesia y en su corazón, tuvo el deseo de ser misionero.

¡No lo podía creer! Me contó de cómo había ido al África en su juventud y de su deseo de regresar a tiempo completo, pero un día su sueño se desmoronó , dijo Héctor.

Al volver de Angola y comentarle a mi pastor sobre mi deseo de servir a tiempo completo, me dijo que había tantas necesidades locales como para pensar fuera. Fui persistente, hasta que sentí que era tiempo de cambiar de iglesia, pero mi antiguo pastor fue donde el pastor de la nueva iglesia a decírle que no me escuchará si le traía ideas misioneras porque era solo un rebelde, y mi pastor terminó por darme la espalda. Eso me hirió de tal manera que, simplemente, me perdieron , dijo el hombre.

Sin no tener nada que decir y con lágrimas en los ojos, Héctor vio como este hombre se paraba y se iba.

Me quedé sin palabras, ese día reafirmé mi llamado con el Señor y a permanecer firme pase lo que pase , dijo él.

Hoy, Héctor es pastor en su iglesia local y afirma que el encuentro con ese hombre desconocido lo ayudó a darse cuenta de la importancia de apostar por los jóvenes.

Miro hacia atrás y digo: ‘¡qué hubiera sido de mí, si Dios no me hubiera dado a mis líderes! ¿Dónde estaría ahora?’, fue gracias a su motivación y aliento que llegué al ministerio, a pesar de mis muchas dudas e inseguridades , añadió él.

Dios está levantando jóvenes, y es en esa etapa de la vida dónde necesitan ver que hay gente que los apoyan, guían y fortalecen.

No seré parte de la misión transcultural, pero la labor que hago aquí guiando y caminando con los jóvenes con llamado al campo, tendrá un impacto cuyo resultado quizás no vea ahora, pero definitivamente cambiará las próximas generaciones a través de los jóvenes de ahora , dijo Héctor.

Las heridas del pasado repercuten en el futuro si no son sanadas.

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