No se necesitan actividades millonarias
El presupuesto es algo importante en cualquier tipo de organización, y las iglesias no son inmunes a preocupaciones relacionadas. Para muchos, el cuidado integral implica un gran gasto y peor si pensamos en cuidar también a la familia del obrero que se queda.
Sin embargo, ¡nada podría estar más lejos de la verdad! Lo cierto es que hay cientos de acciones que podemos realizar para cuidar de la familia de los misioneros sin que sea necesario contar con grandes sumas de dinero.
Se puede ayudar a que varias familias se junten en una ciudad y darles un espacio para compartir cómo se sienten, cómo ha sido el tiempo sin sus hijos, hijas o nietos/q><, sugiere Lorena, misionera en España.
Para Rosa, misionera en Asia, una oración es vital y bien recibida.
Creo que los primeros meses son importantes, es ahí donde se extraña más al ser querido que deja el hogar, pero teniendo alguien con quien compartir o simplemente orar por fortaleza y sobre todo por aprender a confiar en que Dios cuida de sus hijos es suficiente
, comenta.
Cuando salí al campo, me hubiera gustado el acompañamiento a mi mamá, más que a otra persona. Posiblemente, una llamada, una visita, acompañado todo esto con una oración junto a ella
, menciona una obrera en América.
La Dra. Jessie Ritchey, consultora de cuidado integral, menciona que la salida de un hijo o familiar muy cercano al campo, es prácticamente como un duelo y a veces solo es necesario hablar.
Cuando alguien muere y nadie menciona su nombre, uno se siente muy solo. Lo mismo es cuando alguien de tu familia sale al campo. Siempre es lindo responder a su nombre.Quieren contar sus historias, avisarte que acaban de hablar con ellos por Skype, quieren compartir algo con alguien
, agrega.
Por otro lado, sí habrá algunas actividades que demanden cierta inversión, y comprender la importancia del cuidado de los familiares del obrero y que es parte de nuestra labor como iglesia, nos preparará para estar dispuestos a hacer esa inversión con amor.
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
1 Juan 3:17-18