Disfruten de la luna de miel

El matrimonio en sí mismo es una experiencia intercultural. No querrás complicarlo al lidiar con el choque cultural y el estrés del idioma al principio.

“Aunque cada agencia es distinta, la mayoría requieren al menos un año de casados antes de ser enviados. Disfruten de la luna de miel, pasen al menos un año en casa para fortalecer el matrimonio, tomarse el tiempo para estudiar juntos su cultura futura y quizás participar en algún ministerio intercultural juntos a nivel local”, dijo Jim, misionero en Kazajstán. El tomarse un tiempo después de la boda es un consejo bíblico (Dt. 24:5) que te permite adaptarte al estar casado sin todas las distracciones y frustraciones de estar en otra cultura.

“Cuando nos casamos, nadie nos dijo que bajáramos nuestra intensidad de servicio. Lo aprendimos cuando vimos que no teníamos un buen balance de tiempo entre el trabajo y nuestra identidad familiar. Ahí paramos y entendimos que teníamos que sentar mejores bases antes de continuar, por lo que fuimos retomando actividades paulatinamente”, dijo Rodrigo Martínez, uruguayo, sirviendo con FEDEMEC en Costa Rica. Acostumbrarse a la vida matrimonial es bastante difícil, pero pensar en hacerlo en el contexto de lo desconocido es aún más difícil.

“Hay un período de adaptación para cualquier matrimonio y esto puede complicarse aún más al dejar tu sistema de apoyo y hacer la transición al campo. Entonces, la decisión más sabia es esperar. El campo puede ser un lugar difícil para las relaciones y necesita matrimonios fuertes que hayan desarrollado las herramientas para sobrellevar las tormentas que inevitablemente vendrán en su camino”, dijo Richelle Webb, coordinadora de personal para SIM Latinoamérica.

El primer año de matrimonio lo deben pasar en un lugar donde ambos se sientan seguros, con gente amorosa y mentores a tu alrededor con los que ya tienes una relación.

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