Desafíos y beneficios de estar casado en el campo misionero

Desafíos Beneficios
independientemente codependientes: Descubrir cómo servir y trabajar juntos, encontrar los mejores horarios para ambos y prestar atención a las necesidades propias de cada uno como matrimonio puede crear cierta fricción. Cada uno tendrá su propia vida, pero dependen uno del otro. Tienen un equipo incorporado: Servir casado en el campo tiene la ventaja adicional de tener un compañero de equipo incorporado. Pueden acceder a personas y lugares a los que quizás no puedan por cuenta propia. Además, al final del largo día, pueden compartir juntos y aprender uno del otro.
Las suposiciones de los otros: Algunos misioneros suponen que por estar casados y no tener hijos las cosas son “más fáciles”. Y los lugareños, pueden pensar que algo malo sucede y les recomendarán comer esto o aquello para que puedan tener hijos. Tienen tiempo para enfocarse: Pueden delegar responsabilidades dentro y fuera del hogar sin sentirse abrumados por hacerlo solo. Así como organizarse mejor para pasar tiempo en pareja y/o con los hijos, aprender el idioma y la cultura juntos.
La construcción de fortalezas: En una cultura que es tan diferente, puede ser agotador tratar de “encajar”, y cuando las cosas se ponen difíciles buscar huir de lo incómodo y refugiarnos donde nos sentimos seguros. El desafío aquí es aprender a descansar sin separarnos constantemente de nuestra nueva cultura. Son bienvenidos por la comunidad: En algunos países asumen que los occidentales conviven, y es algo que desprecian de nuestra cultura. Cuando le decimos que estamos casados, cambian de comportamiento, nos miran con alivio y aprobación y nos dan la bienvenida a sus hogares.

Para reflexionar:

¿Qué cosas harías para superar estos desafíos? ¿Qué otros beneficios conoces sobre el estar casado en el campo?

 

Photo by Atul Vinayak on Unsplash

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